Por la noche llega el asalto del insomnio, regalo de cuando vivía entre humo y ruido. Entonces me siento y recuerdo y lo cuento. Solo.
viernes, 1 de abril de 2011
ME VISITÓ TU ALEGRÍA
Hoy has estado con tu alegría. Aquí. Lo sé, lo he sentido desde la Rosa que no es ni rosa ni malva ni blanca pero los tres. Como si brincaras jugando a escapar de mis manos. Como cuando me sentías triste y no preguntabas por qué sino decías: let´s have a drink, y yo: no, cuando se me pase. Entonces callábamos hasta que empezabas a hablarme de una tierra lejana habitada por hadas y duendecillos y me contabas una historia. Y yo te escuchaba con atención como niño antes de dormirse. Tú cambiabas las historias y reinventabas los finales para hacerlo real, como yo hacía hace años con JA y mis historias griegas.
Y así viraba mi tristeza del negro al blanco como en el laboratorio y se revelaba en dicha. Dicha tranquila, como ahora. Siempre era el ocaso. Y al llegar la noche la saudade dejaba paso a la alegría, como hoy tras la Rosa. Y te decía: let´s have this drink now. Y tú: uno por ti y uno por mí, y reíamos recordando a Marian y a IJ en su mano a mano. Y mis manos, ya otra vez sabias, te buscaban y te encontraban y no hacían falta más palabras.
Hoy no estás. Pero Eres. Y yo no estoy alegre. Pero sí feliz.