Sonríes. Me miras y sonríes. Y yo capto
el enigma, y la vida es como el primer día.
Soy niño de nuevo, todo lo descubro.
¿Y tú qué piensas o no piensas?
No lo sé
¿Y qué sueñas o no sueñas o no hay sueño?
Sí, lo sé, tal vez.
¿Qué recuerdas, qué olvidas?
No lo sé.
Pero sé de tu sonrisa el vacío
que disuelve mis metales
habiendo de bajar el fuego al atanor
para que no sublime mi deseo.
Mas no lo hago. El fuego es el enigma
y el enigma es tu sonrisa.
Avivo el fuego. Tu sonrisa,
quiero que sea la mía.