viernes, 11 de febrero de 2011

SARAH



Si tu rostro no fuera la dulzura
si tu nombre no fuera la belleza
si tu alma no fuera la verdad
y tu corazón la poesía.

Si no hubiera escondido entre tu sueño
una chispa de luz que sé muy mía
y no pudiera sentir, al romper el día,
cómo cuaja en mi ser el deseo de tu esperanza.

Si no hubiera, en fin, clavadas en mi vida
tantas cosas que son tan solo tuyas
si no pudieras ser la fuente de mi sangre

sé, que me iría quemando lentamente
y que el viento arrastraría mis cenizas
al lugar donde estuvieras.