POEMA LVII DE DULCE MARÍA LOYNAZ
No te nombro; pero estás en mí
como la música en la garganta del ruiseñor
aunque no esté cantando.
Por la noche llega el asalto del insomnio, regalo de cuando vivía entre humo y ruido. Entonces me siento y recuerdo y lo cuento. Solo.
posted by Oliveiro de Hadoque at 8:33 p. m.