domingo, 25 de mayo de 2014

ROSA DE LOS FUEGOS





yo era un hombre solo y triste
pero
la tristeza no era dolor
la soledad  no era agonía
tal vez sí lo era
pero
no dolía era bueno ese dolor
era la vida sentida
desde dentro de su esencia
sus entrañas
mis entrañas
pozo profundo
al que había descendido
infierno
lugar geométrico del diablo
15º carta del tarot
de mi vida vida seca como el fuego
que era y que soy
estaba en el laberinto
miraba mi único espejo
tratando de ser Jano
para ver el otro lado del espejo
ese lado
en que canta la serpiente
que era dragón
dragón verde y alado
la luz me llamó y monté la fiera
me llevó a la tierra de san Jorge
seguía siendo el laberinto
pero ahora era aire
en ese aire estabas tú
flotabas en la estela
de las alas del dragón
que allí me había llevado
era un valle grande
muy grande y era centro
del laberinto allí
allí estaba el tesoro
no había minotauro
pero sí lo había y era yo
yo mismo minotauro de mi vida
de mi laberinto
en esa tiniebla
dionisíaca claroscura
fuimos el agua
yo y tú
en las heladas aguas
del Míjares en que nos bañamos
por primera vez en la historia
de la humanidad
tú eras Bronwyn
resurgida de las aguas
yo era el fuego fatuo
los rescoldos de tu hoguera
la chispa que tú fuiste
prendió nueva luz
en las profundidades de mi tierra
compuse una mecha doble
enrollando tu hilo de Adriadna
en las columnas torsas
que habían quedado en pie
en la dinamitada Troya de mi vida
fue un nuevo caduceo
de Mercurio orlado de serpientes
que me habían mordido
tantas veces
entonces te reconocí
de verdad eras
ese rostro
esa forma
esa mirada
esa sonrisa
que había buscado en los atanores del Sur

esa sonrisa
estaba ahí en el centro
del valle recibiéndome
con vestido azul marino
tus piernas perfectas
sostén de mi vida desde entonces

esa mirada
eras tú con ojos de Penélope
diciéndome
no tengas miedo
viejo guerrero
has llegado a casa

esa forma la construía
tu mano delineando los proyectos
y dando razón a las razones de mi vida

ese rostro
sí ese rostro era el tuyo
reflejado en las rosas del jardín
que ahora también es mío
desde el que la consciencia dice

sin poesía
sin música
sin pintura

lo que es la rosa
la rosa pura inefable
resurgida de la ceniza de mi fuego
que ahora es tuyo.

Tres años, Vida mía,
todo un aprendizaje.
Y los vientos de tu boca me dicen
que es la hora de subir de grado.
¿Nos atrevemos?