El roce, mi Amor, sólo el roce
De tus senos en mi espalda
Como el guiño silencioso de una esfinge
Promesa a cumplir de plenitud
El giro, mi Amor, sólo el giro
De tu cuello volteándose de lado
Tu hueco en mi punta de la almohada
Mi vientre asiéndose a un vacío
Y si levantas, Vida mía, tu rodilla
Suavemente acercándola a mi mano
Firmemente asida a tu cintura
Invocando un momento de silencio
Y tus labios susurrando, Vida mía
Palabras que yo quiero que me digas
Como el viento al volver de la montaña
Deja atrás una estela de vacío
Y cuando son tus manos en lo oscuro
Untándome con la espuma de Afrodita
Virándome la piel a color cobre
El instante justo antes de la Aurora
Entonces es tu espalda cuanto beso
Fluyendo como líquido metal
Un regusto a dioses en mis labios
Y un aroma que insinúa eternidad
Y no sé, mi Amor, dónde se esconde,
Si en la plenitud de ese vacío
O en el silencio de mis noches
Cuando tu Luna no está.