Más que ningún otro, me absorbe
el enigma de tu vientre
mi mano no sabe si subir o bajar
si a oriente o a occidente
y se queda quieta
y los poros de tu piel templan mis metales.
Nada dices. Miro tus ojos cerrados.
Siento tu sonrisa en mi alma. Es mía.
Y te entrego sin usura lo que tengo.
Tiemblas. Construyo. Jadeas. Sofoco.
Destilas. Rectifico. Descubres. Invento.
Todo sucede despacito, en el corazón de la tierra
en el corazón de la tiniebla
la luz del corazón
puede todo, y se abre, orgullosa, al universo.