SARAH MÍA
Un hombre viejo y una mujer
miran la vida palante
desafiándola
que se van
palaaustralia
si hace falta
pero está lejos, Amor mío,
y Tú no estás
padecirme lo contrario
adonde yo miro, adonde
sin la sonrisa cómplice de los tuyos?
Por la noche llega el asalto del insomnio, regalo de cuando vivía entre humo y ruido. Entonces me siento y recuerdo y lo cuento. Solo.
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