lunes, 28 de marzo de 2011

SARAH MÍA



Un hombre viejo y una mujer
miran la vida palante
desafiándola
que se van
palaaustralia
si hace falta

pero está lejos, Amor mío,
y Tú no estás
padecirme lo contrario

adonde yo miro, adonde
sin la sonrisa cómplice de los tuyos?

domingo, 27 de marzo de 2011

AZAHAR



Pues claro
que es contigo
que la tomo
la copa
contigo
no voy más
a llorar,
han montado
el río que a ti me lleva.

Como el Liffey,
que no ví
Contigo
como tu corazón
mis tinieblas,
que me llevan
a otras partes
del mundo
a otros tragos
y a otros olvidos.

No te pierdo porque sé
que me quieres. En presente.
No me da vergüenza.
No me achantaré,
cogeré tu mano
y que la gente
murmure lo que quiera.

Brindo por mis dolores,
pero me tomo contigo,
aunque no estés,
la penúltima,
y en ese último trago...nos vemos.

Tú y yo.

jueves, 24 de marzo de 2011

UN POEMA DE E. E. CUMMINGS

somewhere i have never travelled, gladly beyond
any experience,your eyes have their silence:
in your most frail gesture are things which enclose me,
or which i cannot touch because they are too near

your slightest look will easily unclose me
though i have closed myself as fingers,
you open always petal by petal myself as Spring opens
(touching skilfully,mysteriously)her first rose

or if your wish be to close me, i and
my life will shut very beautifully ,suddenly,
as when the heart of this flower imagines
the snow carefully everywhere descending;
nothing which we are to perceive in this world equals
the power of your intense fragility:whose texture
compels me with the color of its countries,
rendering death and forever with each breathing

(i do not know what it is about you that closes
and opens;only something in me understands
the voice of your eyes is deeper than all roses)
nobody,not even the rain,has such small hands

VERSIÓN DE LULA FORTUNE Y SIR JOHN MORE

en algún lugar al que nunca viajé, por fortuna más allá
de toda experiencia, tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más delicado hay cosas que me cierran,
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.

tu más ligera mirada me libera fácilmente
aunque como unos dedos yo me haya cerrado,
me abres siempre, pétalo a pétalo, como abre la primavera
(rozando diestra, misteriosa) su rosa primera

o si tu deseo es cerrarme, yo y mi vida
nos cerraremos con hermosura, súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve que cae con cuidado por todas partes;

nada que podamos percibir en este mundo iguala
el poder de tu intensa fragilidad: esa textura suya
me obliga con el color de sus tierras,
trayendo muerte y eternidad en cada respiración

(no sé qué es lo que hay en ti que cierra
y abre; sólo algo en mí comprende que la voz
de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas

sábado, 19 de marzo de 2011

LUNA DE PRIMAVERA

(...gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo de luna llena...)
(J. Sabina)


Tenía claro no viajar más solo pero no ha habido más remedio. Rumbo a oriente, en Antequera salió la luna casi llena y se fue alzando en el cielo. Llegando a Granada desapareció tras un risco y cuando volvió lo hizo en una recta tal que le daba el sol poniente por el retrovisor. Ahí estábamos, tú y yo, tan lejos, tan cerca.

¿Te acuerdas de la luna? No la pillamos llena, tú y yo, en nuestro periplo eterno por el mundo buscando pequeñeces. Queríamos verla en Sevilla, la siguiente, la próxima, la primera tras el equinoccio, la luna de Nissan.

En Sevilla ya hay azahar floreciendo, quizá en unos días a mi vuelta ya esté regalando su aroma. No a ti, mi Amor, y cómo me va a doler a mí, como ya me duele hoy. Llegó la primavera, pero tú te quedaste en el invierno. Y yo sigo.

Me duele mucho hoy, Amor, y tú no estás para mirarme de reojo, para sonreír con ojos entornados, para buscar el Macorina en el youtube y pasar tu brazo por mi cintura hasta diluir mi mirada perdida en el infinito, lo que siempre conseguías antes de a la de tres.

¿Te acuerdas? Fue en Santiago, tras la lluvia y el sol que nunca se puso para nosotros en el final de la tierra. Tú soñabas con Sevilla y yo con Dublín. Lo echamos a suertes y salió Sevilla. Pero todo salió mal.

Hoy me duele, Amor, me duele tu ausencia más que nunca. Mañana y pasado mañana los queridos Hermanos diluirán, a veces sin saberlo, a veces sabiéndolo, todo mi dolor que no tengo derecho a expresar pues es un Dolor universal que todos sentimos mucho y muchas veces. Pero a mi me duele el mío, el de ahora, y al escribirte te tengo más cerca, tu ausencia se vuelve presencia, y... ¿qué?

Me dicen que es cuestión de tiempo y quienes me lo dicen no es solo porque me quieren: saben que es así. Yo también lo sé. Pero hoy, aquí tan lejos de todas partes, cada vez que oigo un ruido miro a mi derecha esperando verte salir de la ducha, y sonreír. Y no puedo creer que no sea cierto.

Algún día yo me iré también. Y se quedarán los pájaros cantando...

martes, 15 de marzo de 2011

AHORA QUE ESTAMOS SOLOS

Mi querida amiga, Amor mío,

Ahora que estamos solos puedo por fin hablarte desde la intimidad y el silencio. Pues que han pasado muchas cosas, y tu recuerdo me ayuda a comprenderlas y a valorarlas con la objetividad que la situación requiere.

Seguro que esta forma mía y nueva de hablarte te sorprenda, pero no puedo menos que recordarte lo que acordamos, tú y yo, Amor, cuando tras apurar el chablis que te había ofrecido, descubriste que todo lo que yo te había contado, todo lo que te había dicho, todas las cosas, gratas e ingratas, que te había confesado, eran pura verdad.

Pensamos entonces en lo que nos había pasado, días antes, en la carretera, ¿recuerdas?, cuando nos perdimos en la montaña y al ponerse muy fea la cosa con la nieve nos dimos cuenta de que a poco que empeoraran nos íbamos a matar. Los dos. Y por la noche, ya tranquilos, nos lo contamos y resultó que ambos sentimos lo mismo: dios mío, dios mío, no quiero, no quiero, no quiero perderte.

Lo que son las cosas, mi Amor. Pero voy a tu pregunta y te digo que hay un fuego que no está alimentado por el encantamiento ni por la superficialidad de los enamorados. Ese es mi fuego, como sé que también era el tuyo, el fuego fatal cuyas ascuas no pueden ser apagadas nunca por la rutina ni por el aburrimiento, que no podemos extinguir ni nosotros mismos, porque es un fuego robado del cielo por manos humanas, y los dioses odian eternamente a esos ladrones.

Eso fui yo, Amor mío, un ladrón de pasiones que ni fueron mías, ni lo son ahora, porque allí y entonces las compartí contigo, Amor, y aquí y ahora son el listón alto en el que te guardo sólo para mi. Ese fuego arderá en mi corazón, porque yo así lo quiero, Amor mío, y no quiero apagarlo, ni puedo, por más que me traiga o me robe la vida.

Cuando te conocí, mi Amor, era yo tierra fértil y virgen, pero absolutamente horizontal, como una gran fundación de hormigón esperando quien la levantara. Y ahí pusiste tú, Amor mío, tu vertical, y llegó a tal profundidad que nada he sufrido en la vida que pueda acercarse a lo que contigo viví. Si tengo que entrar en el desierto, que la sed me abrase, ya. Si tengo que hacerme a la mar que se lleve mi remo, ya. Si tengo que pasar de nuevo por la delicia del amor, recuérdame tú, amiga del alma y del corazón, lo que es el chablis y las manzanas y tu almohada perfumada junto a mi máscara moribunda. Recuérdame quien eres, para que yo no baje nunca el listón, porque sólo contigo escribí la canción, la más hermosa del mundo.

sábado, 12 de marzo de 2011

MI INICIACIÓN





Yo no era nada, y nada es como se espera, sabiendo solo esto me levanté temprano ese día. Con tiempo de sobra. Una ducha purificadora, un frugal desayuno para romper el que llevaba observando una semana. Preparar la ropa, vestirme en silencio como si fuera la última vez, dejar en orden los pequeños detalles de la casa, regocijarme en todo ello, y sobre todo la voluntad de no correr....hicieron que el tiempo se me echara encima.

Salí con justeza, apenas 15 minutos para llegar a una logia donde sabía que la puntualidad era un requisito imprescindible, más para mi, como visitante, por deferencia, más para mi, que me creía visitante indeseado o al menos ignorado. Quince minutos, como los treinta segundos de la canción que anexo, que en su día me inspiró para que naciera este cuaderno de bitácora.

Se me ocurrió un camino alternativo y tuve suerte, una vez más. A las once menos cinco pude decirme que si encontraba aparcamiento rápidamente llegaría a la hora en punto....y así fue.

La puntualidad, como casi siempre en nuestra Orden, es un mito, y tuve ocasión de saludar con tranquilidad a la VM y al 1ºV, y a muchos, muchísimos HH que me recibieron con un calor extraordinario. Gracias a todos.

La primera plancha era de una HH AA que escribía por vez primera tras su iniciación: Ante mazo y cincel, la piedra espera y sonríe. Tal era el título, y aquí me desbordé. El trazado era excepcional, y era yo. Yo, pequeño aprendiz de pulidos y desbastes, yo, MM del REAA me hallaba, en esas palabras pequeñas y nobles, en lo que nunca había podido ser y que allí había ido a buscar: ponerle cara a mi Soledad, pero allí estaba: la Soledad no tiene nombre, solo sonríe y espera.

La segunda plancha era un soberbio trazado de un H que se marcha a Palestina con los chicos de Barenboim. Compañeros y maestros repulieron el trazado y yo había hilvanado un argumento que estaba a punto de dejar caer, pero me pudo la modestia, creía yo, en realidad la vanidad de dejar para el final mi intervención, así luciría más. Me la pisó en la suya el 2ºV, joven y sabio, y sentí que estaba bien así, pero me quedó la cuestión de que si me hubiera adelantado en el uso de la palabra habría sido yo quien se la habría pisado a él. Todo iba bien

Luego intervino el 1ºV e hizo una alusión a mi persona, lo que me obligó (me permitió, lo estaba deseando) a hablar un poco sobre el tema y coronarlo con la llamada al Amor que debe estar (a mi entender) delante de todo en nuestra Orden. Y mientras hablaba sobre la Esperanza y el Amor te vi, como eres, Soledad, y empecé a saber de tu verdadero Nombre. Todo se iba aclarando.

En la cadena de unión miré, como siempre, hacia arriba, a la Vertical. Y ahí vi tu rostro, Soledad. Tú bajabas tu listón y yo mantenía el mío. Tú quedas ahí y yo aquí. Así está bien. Tú serás feliz y yo no, pero yo le he puesto cara a tu Nombre, Soledad.

En bien general de la Orden tuve palabras directas para que fueran entendidas como una llamada y una petición de Paz, Piedad y Perdón (sic M. Azaña). Creo que así fue, la despedida de la VM y del 1ºV fueron más íntimas que los saludos de antes de la tenida.

Ahora este blog acaba su ciclo. Ya no hay fantasmas en mi vida, hace tiempo que no tengo insomnio, y desde hoy ya no estoy solo. Sé de tu Nombre, Soledad, y Te he puesto cara. Y a pesar de todo, no estoy solo.

Gracias a todos los que me habéis leído, vuestro esfuerzo ha conseguido esto: que no esté solo, que os tenga míos, que le haya puesto cara al Nombre, que Soledad sea Amor y que el Amor reine entre los Hombres. Que, roto yo al fin, haya hallado lo que de verdad vale la pena: la Pasión.

La pasión en soledad de un hombre feliz.

ATREVERSE



Se me fue la alegría como un rumor de aguas por el lavadero de mis miserias. Neretva era el nombre del río en el que de ti supe y en el que empecé a flotar en tu aliento. Allí diste, entre campos minados, sentido a una vida rota, anhelo a mi laberinto, voz y música a un sueño que nacía. Pero no te vi, y no te puse cara.

Ya todo fueron ríos. A veces, también montañas. Como con Sarah. Otras, solo ríos. El río del barquero de Siddhartha, el río que no se cruza. El de la serpiente verde, el río de Goethe, el de la Pfeiffer, ma chérie. El río del Hermano Germinal y su ansiado remanso, que no llega. El río que duda ante el desierto, que no se atreve. Yo sí. Yo sí crucé los desiertos y en busca de tanto mar aprendí a amarte, a quererte, pero seguí sin poder poner cara a tu nombre.

La última vez que estuve en el Gólgota fui sólo para buscarte. Me desperté de la noche y lo supe. Y corrí a encontrarte. Llegaste tarde, como yo no he llegado luego siempre. Y así tampoco pude ponerte cara.

Cuando hace unos días resolví volver al Gólgota también era para buscarte. O para estar ahí, simplemente. A existir. Pero ya no puede ser así: yo sigo porque quiero en el río y sin derecho al descanso. Porque escogí seguir buscando. Sé donde lleva un viaje como este, sé qué es ser Nada. Sé del Laberinto. Y decido y lo elijo. Mañana, por fin, sabré tu Nombre.

He tenido mi Troya incendiada y saqueada. Pero Helena se fue con el Otro. He tenido mi odisea, mi viaje de vuelta, he sabido de Ítaca y adrede he pasado de largo. He tenido mi grial, mi Moby Dick, allá en Madras. Mañana viviré la cuarta historia, la del dios sacrificado. Mañana le pondré al fin Cara a tu nombre.

jueves, 10 de marzo de 2011

KÖNIGIN KALT




Yo sé yo sé yo que tengo que bajar y ya de este tren al que me subí en marcha pasando por Zafra y mirando al infinito. Yo sé que no has comprendido, es mucho más triste de lo que tú supones. Me bajo ya, me bajo sí, me bajo de este tren que ojalá a ti te lleve a tu Ítaca. Yo sí que lo he comprendido: tú quieres llegar, no viajar. Mi Ítaca está más allá, por eso no se podían encontrar nunca.

Voy solo, pero voy a vivir. Porque mi idea es de carne hay gotas de sangre en mi alfombra nueva. Soy pasión, no listón bajado por un juez de marcas. No lloro, no respiro, mi sombra no te machacará. Adiós, Viaje extinguido, pero qué bonito que fue, qué, lo que pudo haber sido.

jueves, 3 de marzo de 2011

ODISEA



Estoy solo. Cuantas espadas forjé: óyeme.
En la mar sin tu barco pero tus labios.
Los límites y la no-certeza.
Este tierno trigo no es cabello,
esta mirada azul no me conmueve.
Sol que eres, sol, mi grito es tuyo.
Sol que no dejas luna ni senos
Sol que no dejas sombra, ni anhelos
vela que no dejas brisa, a mi vera
tienes lo que no será, será lo que
no tengo
llevar tu sonrisa hasta mi esquife
robar al tiempo un soplo del levante
saber que el viento es ya propicio
y ya seas clepsidra, calipso
o el movimiento, que tu esperanza
sea, una vez más, el faro de mi vida.
Cuantas sonrisas forjé, mas no
la que te levantó, mujer en Troya.