no sé si la alegría en tus palabras
o esa cruz que luces entre senos
estandarte grande y bagatela
que tan íntimo llegó a mis manos
no sé si el horizonte fluído y campechano
o el color de tu mejilla sonrosada
desde antes, mucho antes
desde que el color derritió esa nieve
no sé si la nieve o su reflejo
en tus ojos de imprecisa mirada
lo que creció lentamente entre
mis manos de nieve en anegada ribera
no sé, en fin, con qué ojos me miraste
en el teléfono hablando primaveras
pero sé, amor, mi gran sorpresa
al saber que no eras solo una
y el sol en Capricornio se nos vuela
y la luna fugándose hasta enero
no me importa, amor, que no me importa
mas tampoco mis noches serán para ti sólo.