sábado, 25 de septiembre de 2010

EL CANTERO SOLO LLORA DOS VECES

No supe el aroma
pero lo intuí
pues de tus labios llegaba
una música que no era para mi
el cálido teléfono
y el no estar yo,
yo, al otro lado del hilo
daba a la noche
un carácter mágico
que no podía ser
ignorado como no es posible que
un Amor en Sirio
y otro en Aldebarán
se conozcan, cómo es posible que se junten.

El saber de ti
aunque lejos inaccesible
dio vigor a mis alas
que empezaron a batir
el aire el sentir
lo que podría ser
dio fuerza
a mi corazón cansado
cansado por la soledad
y me hizo girar a ti
y oír tu palabra
tras la que yo a decirte iba.

Todo me invitó
a ser un hombre mejor
y el acariciar de verdad tus labios
aún en la imposible distancia
me trajo el aroma
el aroma incierto
de tu cuerpo enamorado,
y en el mío.