miércoles, 4 de abril de 2007

TRES PERLAS SÁNSCRITAS


1. De Vallana:

Decir que ella volverá a mis ojos deleitar

es loca verborrea.

Pensar que ella mi esposa pronto será

es tan imposible como lo es suponer

que pueda un elefante en mis manos contenerse (*).

Mas ya esto mismo es mucho:

que en uno y el mismo eon han sido creados

tanto ella la de plana frente,

como yo, y con mérito bastante

para verla a ella.


2. De Viryamitra:

Fugaces miradas de tus ojos,

Los que se alargan hasta tu oreja,

Más oscura que el loto,

Suficientes que fueron para hurtar un corazón.

Qué necesidad hay, querida amiga,

De ese empeño que pretende trenzar tu suelto pelo,

De mostrar el pliegue tintado de tu brazo,

Y marcado con las uñas del amante.


3. De Kalidasa:

Cuando está conmigo

El silencio aflora

Tanto como palabras,

Y los ojos, cerrados, ven.

Nuestros cuerpos se entrelazan,

Y en ese intercambio,

Lo confieso,

Nada está prohibido.




(*) Aquí recordé a Blake, claro. Fueron los primeros versos que leí en el British Council de Sevilla:

To see a World in a Grain of Sand
And a Heaven in a Wild Flower,
Hold Infinity in the palm of your hand
And Eternity in an hour.