tal
cuchillo hendiendo la garganta.
así dolían
las palabras
y duelen
los recuerdos,
repetido,
repetido
escabechina
de navajas
en el
vientre.
y dolió
el olvido así,
en el
alma,
el lamento
por no ser:
capaz, las
palabras evocaban;
vivieras
por
fuera una falacia
urdida al
sueño de mi hada,
si
duele,
por
dentro como el alma
perdida,
en el espejo,
sin
reflejo de alegría,
bien
servida que
no es falta
rematar
la vida
colmada
de
tristeza y desamparo
en el
regazo,
vacío, como
la herida
más y
más, escalpelada,
por el
aroma de tu gozo,
y tu
alegría
de eso
otro,
que cantaba
la mirada
callada
y más allá,
mi
futuro en tu pasado
sí
duele hoy,
y sólo
hoy,
pero lo
que más,
tu
semblante terrenal
de
hembra satisfecha indiferente