...Homero nace en siete ciudades.
Una doncella acaba de apresar
Al unicornio blanco.
Todo el pasado vuelve como una ola....
(Borges, La cifra)
(Borges, La cifra)
Elegí tiempo y lugar y ese fue
del Jerte el valle con su esplendor de
cerezos blancos de nieve en invierno,
el resplandor florido en primavera,
licor rojo de frutos del verano,
la desnudez vertical del otoño.
No recuerdo el tiempo, sí los cerezos.
Y entre ellos cerezos se escurría una montaña
y la senda, que en otro tiempo
llevó a Almanzor a enfrentar con asombro
su destino. Y el camino trazaba
espirales en su ascenso, cada vez
más cansado y cada vez más feliz.
Extraña forma de la felicidad
que nos brinda el cuento inmortal,
a mitad de su último párrafo.
Así recuerdo la fuente
a mitad del tramo último,
anhelo esperanzado y el sol que subía
en veloz carrera conmigo mismo,
hasta la altiplanicie que domina
el crudo valle y en la que hubo éxtasis,
y lágrimas y mi abrazo y Su beso,
y el secreto de la Madre Tierra
penetrando humano corazón.